La nutrición refleja las desigualdades estructurales del país. Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES 2024), el 12.1 % de niños menores de 5 años presenta desnutrición crónica, y la anemia afecta al 43.7 % de menores de 3 años (INEI – ENDES 2024; INS, 2024).
Estas cifras no son solo estadísticas, representan brechas persistentes en acceso, educación y calidad de los programas sociales. Iniciativas como el Programa Articulado Nutricional (PAN) y la Política
Nacional Multisectorial de Salud al 2030 – “Perú, país saludable”, buscan integrar los ejes de nutrición, producción y sostenibilidad, aunque todavía enfrentan desafíos de articulación territorial y medición de impacto. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS-2023), promover dietas saludables y sostenibles puede reducir hasta en un 20% la carga de enfermedades no transmisibles, optimizando el gasto público y fortaleciendo el bienestar poblacional.
Según el Informe de Evaluación de la PNMS (MINSA, 2024), los avances en la reducción de la desnutrición y la anemia requieren una mayor conexión entre educación nutricional, producción sostenible y participación comunitaria, pilares para construir sistemas alimentarios equitativos y resilientes.
Alimentación sostenible y ética: un desafío compartido
La evidencia científica es clara, los sistemas alimentarios sostenibles son esenciales para proteger la salud humana y ambiental.
En el marco de los sistemas alimentarios sostenibles, la FAO enfatiza que las decisiones sobre producción y consumo no pueden desvincularse de la justicia social, una alimentación ética exige que todos tengan acceso equitativo a dietas saludables sin comprometer los recursos del planeta.
Esta visión reconoce que sostenibilidad no es sólo ambiental, sino también social y ética, pues alimentarse bien debe ser un derecho para el presente y el futuro.
El rol del profesional en nutrición y gestión pública
Los profesionales de la salud, la nutrición y la gestión pública tenemos la responsabilidad de convertir la evidencia en acción.
Esto implica fortalecer la educación alimentaria, diseñar políticas basadas en datos y acompañar a la población en la adopción de hábitos conscientes.
Desde la práctica clínica hasta la formulación de políticas, necesitamos comunicar con empatía y construir alianzas multisectoriales.
Cada consulta, clase o programa puede ser una oportunidad para formar ciudadanos alimentariamente responsables y ambientalmente conscientes.
Conclusión
La alimentación sostenible no es una tendencia, es una estrategia de
salud pública y resiliencia social. Construir sistemas alimentarios saludables implica transformar la forma en que producimos, elegimos y compartimos los alimentos.
Cómo citar este artículo
En formato APA 7.ª edición
Villanueva Pinedo, J. E. (2025). Más allá del plato: construir sistemas alimentarios sostenibles. Eveline Pinedo – Consultorías en Salud Pública y Nutrición. Recuperado de https://www.evelinepinedo.com
En formato Vancouver
Villanueva Pinedo JE. Más allá del plato: construir sistemas
alimentarios sostenibles [Internet]. Lima: Eveline Pinedo –Consultorías en Salud Pública y Nutrición; 2025 [citado 2025 oct 16]. Disponible en:
www.evelinepinedo.com